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Campaña de vacunación invernal 2025-2026 en México: Vacunarse, un acto de solidaridad colectiva.

La campaña de vacunación invernal 2025-2026 en México es clave para prevenir influenza, COVID-19 y neumococo. Conoce por qué vacunarte es un acto de protección colectiva y dónde hacerlo.

Opinión
Hace 10 días

En un mundo que parece moverse a la velocidad de un tuit, donde las noticias se olvidan tan rápido como surgen, hay un mensaje de salud pública que se repite con tenaz persistencia cada invierno: la importancia de la vacunación. Las campañas de vacunación invernal, como la que se prepara para la temporada 2025-2026 en México, son mucho más que un trámite sanitario; son un recordatorio poderoso, y a menudo ignorado, de que nuestra salud individual está ligada al bienestar colectivo.

Cada año, instituciones como el ISSSTE y la Secretaría de Salud de la Ciudad de México despliegan esfuerzos considerables para recordarnos que la influenza, el neumococo y el COVID-19 no son recuerdos del pasado, sino amenazas latentes. El lema del ISSSTE lo dice de forma simple y directa: “Vacúnate a tiempo y olvídate de ellos”. Sin embargo, pareciera que una parte de la sociedad ha desarrollado una peligrosa amnesia selectiva. Tras lo más crudo de la pandemia, una fatiga vacunal se ha apoderado de muchos, llevándolos a subestimar los riesgos de estas enfermedades.

Los datos y la ciencia son claros. La vacunación no solo protege al individuo de cuadros graves que pueden derivar en hospitalización o muerte, sino que cumple una función social crucial: rompe las cadenas de transmisión. Al vacunarnos, creamos un “escudo comunitario” que protege a quienes son más vulnerables: los adultos mayores, las personas con comorbilidades como diabetes o hipertensión, los niños pequeños y aquellos con sistemas inmunológicos comprometidos. Cuando decidimos no vacunarnos, no solo asumimos un riesgo personal, sino que dejamos desprotegidos a los más frágiles de nuestro entorno.

La infraestructura para acceder a esta protección es amplia y accesible. Como detallan los portales de salud, la vacunación se lleva a cabo en centros de salud, unidades médicas familiares y puestos móviles instalados estratégicamente en sitios de alta concurrencia. La vacuna es gratuita para la población objetivo, un esfuerzo del Estado que debería ser valorado como un logro de la salud pública. No hay excusas logísticas o económicas que justifiquen la omisión; la barrera principal parece ser la complacencia y la desinformación.

Es aquí donde debemos recalcar un punto fundamental: la vacunación no es un evento único en la vida. Los virus de la influenza mutan, requiriendo una reformulación anual de la vacuna. La inmunidad contra el COVID-19 también decae con el tiempo. Y la vacuna contra el neumococo, crucial para prevenir neumonías, tiene esquemas específicos para adultos mayores y grupos de riesgo. La protección requiere constancia.

Por ello, la próxima Campaña de Vacunación Invernal 2025-2026 no debe ser vista como una simple repetición burocrática, sino como una cita ineludible con nuestra responsabilidad cívica. Es un acto de cuidado personal que se transforma en un gesto de solidaridad con nuestra familia, nuestros compañeros de trabajo y nuestra comunidad. Es una declaración silenciosa pero contundente de que hemos aprendido la lección más valiosa de los años recientes: que nadie está seguro hasta que todos estemos seguros.

La invitación está hecha. Informémonos a través de canales oficiales, consultemos a nuestro médico y, cuando llegue el momento, acudamos a recibir nuestra dosis. En un gesto tan simple como un pinchazo, se encierra la esperanza de un invierno más saludable y seguro para todos. No demos por sentado este escudo que, con tanto esfuerzo, la ciencia y la salud pública nos ofrecen.