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La Cantera del América: De Mina de Oro a Territorio de Incógnitas

¿Qué ha pasado con aquella inagotable mina de oro que fue su cantera?

Opinión
Hace 3 días

El América, el llamado "Gigante de México", se alista para recibir a los Santos Laguna en un partido más de la Jornada 12 del Apertura 2025. Los focos, como es habitual, están puestos en el Estadio Azteca, en las alineaciones que dirigirán el duelo, en los tres puntos en juego y en la transmisión que millones de aficionados seguirán fielmente. Sin embargo, detrás de este partido rutinario de la Liga MX, se esconde una pregunta cada vez más incómoda y crucial para el futuro del club: ¿Qué ha pasado con aquella inagotable mina de oro que fue su cantera?


Hubo un tiempo, no tan lejano, en que la Fábrica de Águilas era un modelo a seguir. Jugadores como Raúl Jiménez, Diego Reyes, Héctor Herrera y, más recientemente, el propio Henry Martín, surgieron de las fuerzas básicas para no solo consolidarse en el primer equipo, sino para dar el salto a Europa, llenando las arcas del club y dotándolo de una identidad. Ese era el ciclo virtuoso del América: formar, explotar en la cancha y capitalizar en el mercado. Era un sello de garantía y un motivo de orgullo que distinguía al campeón de campeones.


Hoy, ese orgullo parece desdibarse. La cantera, antaño prolífica, comienza a percibirse más como un territorio de incógnitas que como una fuente segura de talento. El partido de este fin de semana sirve como un espejo de esta realidad. Mientras los aficionados buscan ansiosos las alineaciones confirmadas, ven un once titular habitado, en su inmensa mayoría, por refuerzos. Jugadores llegados de otros clubes, algunos con un nombre ya hecho, otros con la esperanza de encontrar en la camiseta azulcrema la gloria que no hallaron en su lugar de origen. No hay nada malo en ello; el América siempre ha sido un club de estrellas. Pero la ausencia de un juvenil rompiéndose la cara por ganarse un puesto, la falta de ese hilo conductor con la esencia del club, es sintomática.


Esta sequía relativa no es un tema menor. Tiene consecuencias tangibles. En primer lugar, está el impacto económico. La venta de un jugador formado en casa es ganancia pura, un dividendo que permite realizar inversiones ambiciosas sin violar los estrictos límites financieros. Cuando esa fuente se seca, el club depende exclusivamente de sus ingresos por patrocinios, taquilla y éxitos deportivos para financiar sus compras, un modelo mucho más volátil y arriesgado.


En segundo lugar, y quizás más importante, está el impacto en la identidad. Un jugador formado en casa, un "cachorro del América", lleva una carga emocional y una comprensión de la magnitud del club que un refuerzo, por bueno que sea, tarda años en asimilar. El aficionado se identifica de otra manera con un producto de su cantera. Ve en él un reflejo de su propia pasión. Ese vínculo es invaluable y su erosión debilita la fibra moral del equipo.


¿A qué se debe este declive? Las causas son multifactoriales. La Liga MX se ha vuelto un mercado hipercompetitivo donde todos los clubes, grandes y chicos, han entendido el valor de una buena cantera. La lucha por los jóvenes talentos es feroz, y ya no es exclusividad de los grandes. Además, existe la percepción de que el camino al primer equipo en el América se ha vuelto más empedrado. La presión inmediata por ganar títulos en un club donde solo el campeonato es aceptable, lleva a los técnicos a confiar en lo seguro, en lo conocido, en el refuerzo con experiencia. El joven promesa se convierte en un lujo, en un riesgo que no muchos están dispuestos a correr en momentos decisivos.


Mientras tanto, en una cancha auxiliar, lejos de los reflectores del Azteca, el América Sub-19 se enfrenta también a Santos. Esos partidos, seguidos por unos pocos puristas y familiares a través del streaming oficial del club, son el verdadero termómetro del futuro. Ahí está la semilla. Ver esos encuentros es una obligación para cualquier directivo con visión de largo plazo. La pregunta es: ¿cuántos de esos chicos que hoy visten la playera en la categoría de fuerzas básicas llegarán realmente a debutar en un sábado de por medio con el estadio repleto?


El partido contra Santos es un recordatorio. Un recordatorio de que el América no puede, ni debe, dormirse en los laureles de su poderío económico. Puede ganar este partido, puede incluso ganar el campeonato con un equipo de refuerzos de calidad. Pero si descuida su cantera, estará hipotecando su futuro. El "Gigante" no puede permitirse ser solo un comprador en el mercado; debe volver a ser un vendedor, un formador, un creador de sueños.


La verdadera fortaleza de un club no se mide solo por los títulos en su vitrina, sino por la salud de sus raíces. Y hoy, las raíces del América, esa que fue una mina de oro, piden a gritos más atención, más paciencia y, sobre todo, más fe. El partido de hoy es por tres puntos. La apuesta por la cantera es por la eternidad.